
Todos recordamos aquella época en la que el papel
pintado para paredes estaba tan de moda.
Se trataba de grandes estampados floreados o adamascados, y dibujos que se repetían en fuertes texturas, imitando panillas y terciopelos.
Después de eso se produjo una larga pausa en su utilización, desapareciendo prácticamente de los materiales utilizados por los decoradores.
Ahora ha vuelto con fuerza, y es en este momento una de las grandes tendencias en decoración.
De nuevo, como hace años, es protagonista en salones, dormitorios y habitaciones juveniles e infantiles.
El papel pintado aporta una calidad de acabado insuperable por cualquier otro tipo de revestimiento, y con el podemos dotar a nuestras paredes de gran protagonismo, creando efectos originales y diferentes.